Sadio Mané, el campeón de futbol de Senegal

Este es el pensamiento de Sadio Mané, uno de los mejores futbolistas del mundo:

«¿Por qué querría diez Ferrari, veinte relojes de diamantes o dos aviones? ¿Qué harán estos objetos para mí y para el mundo? Tenía hambre y tenía que trabajar en el campo; sobreviví a los tiempos difíciles, jugué fútbol descalzo. No tenía educación y muchas otras cosas, pero hoy, con lo que gano gracias al fútbol, ​​puedo ayudar a mi gente. Construí escuelas, un estadio, proporcionamos ropa, zapatos, comida para personas que están en extrema pobreza. Además, doy 70 euros al mes a todas las personas en una región muy pobre de Senegal que contribuye a su economía familiar. No necesito exhibir autos de lujo, casas de lujo, viajes e incluso aviones. Prefiero que los míos reciban un poco de lo que la vida me ha dado”.Dijo Eurípides que “Para las almas generosas todas las tareas son nobles”. Esto se aplica con la visión de Sadio Mané.Él, siendo futbolista profesional, eligió la solidaridad por los lujos, la bondad por el dinero, la fraternidad por la fama.

Porque el hombre verdaderamente rico no es aquel que posee más, sino el que da desinteresadamente.El hombre heroico no es el que logra increíbles hazañas, sino el que ayuda a otros.El hombre más grande no es el que tiene un gran ejército sino el que muestra una sincera humildad.Y es que “El regalo más grande es dar una parte de ti mismo”. Lo bueno que te da la vida, cada victoria, cada lujo. Todo eso lo comparte Sadio Mané con su comunidad.
No deja de ser un humano solo por ser famoso.No deja de ser un humano solo por tener dinero y que lo vean en televisión.Pues “El hombre crece cuando se arrodilla” para ayudar a otros, cuando se detiene para escuchar los problemas de los demás, cuando ve a sus semejantes como iguales.Si solo se tratara de conseguir prestigio y riquezas, no habría nada de especialYa que “Cuando no hay humildad, las personas se degradan”, pero eso no le pasó a Sadio Mané.Él no se degradó para conseguir más plata, él se elevó para elevar a otros.El 28 de Julio del 2019, Sadio Mané estuvo de visita vacacional en Bambali, su pueblo natal, con tal de chequear cómo iba la obra caritativa en la que había invertido donde había crecido, una escuela para niños y niñas. Sus vecinos y la gente que lo conocía lo vitorearon como a un héroe.
Incluso en los sitios donde hay extrema pobreza, Sadio muestra un corazón rico que se entrega por el bienestar de otros, que no olvida sus raíces y las cuida con orgullo y amor.Dice la Biblia: “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes”Así lo hace Mané. De la pobreza pasó a la fama pero no dejó que su corazón fuera consumido por los lujos.Él compartió, ayudó y cuidó de su gente.A través de su caridad, demostró que hay riquezas más grandes que las que guarda el mundo: la consideración y el respeto por la vida e integridad humanas.