Freddie fue abandonado por su su madre en un basurero en Quincy, Florida, pero tuvo la suerte de ser adoptado por Nathan y Betty a tan solo días de nacido.
Sus padres se dieron cuenta que era un niño excepcional, pues a los nueve podía arreglar una computadora por sí mismo, talento que lo llevó a trabajar como técnico de la computación a sus 12 años.
A sus 15 inició su propia compañía dedicada a una tecnología que no muchos conocían, conocida como “La Nube”. Luego, cuando su padre fue diagnosticado con Alzheimer, hizo unas zapatillas deportivas con un localizador GPS, para saber exactamente donde estaba y poder rastrearlo .
Este dispositivo fue tan exitoso que vendió la patente a 2.2 millones de dólares, y con este dinero fundó su propia compañía con tan solo 24 años. En Figgers Communications él ha diseñado más de 90 programas de computación.
Y esto no es todo, pues además de ser un millonario exitoso y tener un cerebro de oro también tiene un corazón enorme, pues no importa lo rico que sea, siempre se ha preocupado por comunidad: desde patrocinar programas para la juventud, hasta ofrecer becas universitarias o pagar las cuentas de los ciudadanos mayores.
“Creo que debemos tomar acción; si ves un problema tienes que encontrar la solución y llevarla a cabo para impactar y cambiar la vida de alguien más. Voy a dejar un impacto en este mundo y cambiarlo hoy, para un mejor mañana, porque el dinero no es nada más que una herramienta, pero con esa herramienta podemos impactar y cambiar las vidas de personas todos los días con oportunidades.”