Según un estudio reciente de la firma especializada NPD, 47% de los compradores en el mundo han renunciado a un juego por su preocupación con la sostenibilidad.
“Los fabricantes de juguetes están muy interesados en este asunto (…) y hay mucha innovación en el envasado y los materiales”, explica a la AFP Frédérique Tutt, experta de juguetes en NPD.
Está excluido que Lego renuncie al plástico, se trata más bien de mejorar sus bloques, que actualmente se fabrican con plástico «ABS», el mismo que se utiliza en los electrodomésticos.
Por el momento, solo 2% de las piezas – 80 de las 3.600 elementos vendidos, proceden de un material de fuentes verdes: el polietileno a base de caña de azúcar, que sirve principalmente para construir los árboles, las hojas y los arbustos de los juegos.
Un reto técnico ya que la sustitución debe pasar desapercibida para los consumidores. Los nuevos modelos tienen que tener las mismas propiedades físicas que los antiguos: rigidez, brillo y sobre todo, que el ensamblado siga siendo compatible.